Toledo, V. (2003),
“Modernidad y Ecología: las múltiples dimensiones de la crisis planetaria”, en
Boada y Toledo, El planeta, nuestro
cuerpo. La ecología, el ambientalismo y la crisis de la modernidad, México,
F.C.E, pp. 113-136.
Si quisiéramos
resumir este excelente texto de Toledo en una frase, ésta sería “Construcción
de una propuesta de Desarrollo Sustentable”. En este artículo, el autor caracteriza
de manera puntual a la crisis del modelo civilizatorio que impera en la
posmodernidad para, con base en ello, proponer una especie de utopía basada en
la frase “El planeta, nuestro cuerpo”, la cual a su vez nace de la simbiosis
entre el Naturalismo humanista y el Humanismo natural.
Por medio de una estructura que
va de lo general a lo particular, Toledo inicia clarificando el concepto de
civilización, clave en el desarrollo del texto. Asimismo, describe cómo la
globalización ha determinado las formas en que la convivencia humana se ha
modificado a través de cuatro factores: el transporte, las comunicaciones, la
economía y el crecimiento poblacional. Con
estos conceptos como base, al autor comenta que, a partir de la crisis global
actual (que no sólo es ecológica, sino de civilización), se está gestando una
nueva conciencia de especie (algo que ya adelantaba/proponía Edgar Morin en su
texto “La agonía planetaria”) que podría desembocar en el desarrollo de un
nuevo modelo civilizatorio basado en la sustentabilidad. Ésta es la propuesta
central del texto y Toledo la concibe a partir de varios ejes.
Los ejes/fundamentos/cimientos
que sustentan la propuesta de Toledo son: a) Pasar del despotismo urbano
industrial al “subversivo encanto de la autosuficiencia”, es decir, dejar de
lado el modelo hegemónico que se opone a cualquier forma de diversidad,
especialmente en lo relativo al uso de energía; b) Rechazar la economía de
mercado, evaluando todas las consecuencias ecológicas que ésta ha traído, y
adoptar un nuevo modelo de economía ecológica; c) Llevar a cabo una revolución
ecológico-agraria diseñando un nuevo modelo de desarrollo rural basado en la
relación armónica del ser humano con la naturaleza y no en la explotación de la
segunda por el primero; d) Construir ciudades ecológicas en las que el
ciudadano no esté alejado de la naturaleza y no vea a ésta como un espacio de
recreación sino de producción, para dejar de ser un “consumidor improductivo”
(p. 129).
Toledo se da tiempo y espacio
para criticar, con fundamentos, a los políticos y gobernantes que intentan
“resolver” la crisis civilizatoria con medidas coyunturales (en palabras más
coloquiales diríamos “parches”), desfasadas de la sustentabilidad, con lo que
se ha provocado una virtualización de la democracia y una desnaturalización de
la sociedad.
El artículo termina con una
reflexión sobre los dos escenarios futuros en los que puede verse inmersa la
humanidad: el sostenimiento del modelo neoliberal que ya no da para más o el
desarrollo sustentable. A diferencia del texto de Morin ya mencionado arriba,
en el de Toledo encontramos las mismas preocupaciones, pero con propuestas
concretas y estructuradas (aunque ambos son excelentes).
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