Por Daniel Lara Sánchez
Rubén Bonifaz Nuño fue un gran poeta veracruzano, nacido en Córdoba en 1923 y fallecido en la Ciudad de México apenas el año pasado, 2013. Murió en la capital del país, a la que también cantó en sus poemas. Uno de ellos, escrito a mediados del siglo XX, relata cómo era el ambiente de esta metrópolis de manera clara y nítida. Lo reproducimos a continuación:
En muy pocos años ha crecido
mi ciudad. Se estria con violencia
rumbo a todos lados; derriba, ocupa,
se acomoda en todos los vacíos,
levanta metálicos esqueletos
que, cada vez más, ocultan el aire,
y despierta calles y aparadores,
se llena de largos automóviles sonoros
y de limosneros de todas clases.
Es claro que tiene también escuelas
que enseñan inglés obligatorio,
y universidades en que los jóvenes se visten de títeres, y platican,
mansamente agónicos y cansados,
de enzones y tacles y flombeos.
Y lentos camiones donde los indios
juntan el sudor y la miseria
de todos los días, se apretujan,
y llegan a barrios que se deshacen
de viejos, y tiemblan y trabajan.
Y también hay bellos nadadores
y ciclistas plácidos,
iglesias, rincones para turistas,
y torres de vidrio y sótanos líquidos
y estufas y mugre y gasolina y asfalto,
y un sol que calienta y acongoja
más de tres millones de almas enfermas.
Llama la atención cómo, por medio del lenguaje poético que Bonifaz manejaba a la perfección, la vida en la ciudad se realiza de manera precisa y real. Un monstruo creciente que, ya desde entonces, agobiaba a sus habitantes con sus problemas sofocantes: la contaminación, la pobreza, la desigualdad, la hipocresía e indiferencia de sus jóvenes... un ambiente urbano que ahora, a más de medio siglo de distancia, no ha cambiado en esencia.
¿Qué diría hoy Bonifaz Nuño si viviera y reescribiera el poema? ¿Hablaría de las pistas de hielo en el Zócalo, de las playas de Marcelo (ahora de Mancera), del injusto y mal planeado Hoy no circula, de las interminables obras, de los segundos pisos que benefician a los automvilistas con poder económico, del Metrobús y del pésimo, en general, transporte de la ciudad? La ciudad de México no ha cambiado mucho. Lo cierto es que, hoy en día, con la zona metropolitana cada vez más amplia y problemática, somos mucho más de tres millones de almas enfermas.
Referencia: Bonifaz Nuño para jóvenes, selección y prólogo de Sandro Cohen, México, CONACULTA, 1989, p.- 51.
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