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miércoles, 25 de enero de 2017

Conrad y la crítica a la "civilización"

Por Daniel Lara S.

Conrad, Jospeh, Una avanzada del progreso, México, Alianza Cien/CONACULTA, s/f.


Desde el título, Conrad (escritor polaco, 1857-1924) juega con las palabras para señalar directamente las tropelías y contradicciones del "progreso" occidental". ¿El progreso es en realidad un avance? ¿Para qué o para quiénes?
   La novela corta (¿o cuento largo?) descansa en las relaciones conflictivas y tortuosas entre tres personajes: los occidentales Carlier y Kayerts y el nativo Makola, quienes laboran para una compañía que ha llegado al África para establecer el progreso a costa, por supuesto, de los recursos naturales del lugar y la gente que lo habita. Conrad ofrece así el retrato del saqueo colonialista de un capitalismo que se fortalece gracias a su invasión económica, cultural y ambiental a civilizaciones diferentes.
   Kayerts y Carlier, dos hombres abrumados no sólo por el inclemente clima y las "extrañas" costumbres de los nativos, sino por su propia incapacidad para trabajar juntos y, sobre todo, su poco entendimiento del ambiente natural que les rodea y que han llegado a depredar. Así, en este pequeño relato, Conrad retrata los dos grandes conflictos que han dado origen y permanencia a la crisis ambiental global: la relación rota entre el ser humano y la naturaleza  y entre el ser humano y sus pares a causa de un modelo económico egoísta, un modelo ahora defendido a ultranza por el hombre más poderoso del mundo.
   Conflictos, violencia, confusiones, crisis existenciales se dan cita en la narración de Conrad, testigo histórico de la implantación de este "progreso" civilizatorio en auge desde el siglo XVIII en la sociedad occidental.
   Sin duda, un excelente recurso para entender los orígenes de la crisis económica, social y, sobre todo, ambiental que nos sigue afectando como sociedades.


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lunes, 2 de enero de 2017

Schwab y el Currículum

Por Daniel Lara Sánchez



Schwab, J. (1969), “Un enfoque práctico como lenguaje para el currículum”, s/d, pp. 197-209.


En este combativo texto, Schwab inicia de manera tajante afirmando que “el campo del currículum está moribundo”. Afirmación sin duda polémica y discutible, pero atrayente. Para fundamentar tal observación, el autor revisa, con ejemplos, analogías e ideas prácticas, la situación en general del currículum educativo. Al leer el capítulo, en mi caso, vinieron a mi mente dos preguntas: primera, ¿qué tan aplicables son las afirmaciones de Schwab al campo de la educación en México, y particularmente desde mi experiencia laboral? La respuesta fue: en casi todos los casos; segunda, ¿cómo aplicar estas afirmaciones al campo de la Educación Ambiental?... la respuesta sigue en construcción.
                En cuanto a la primera cuestión, mientras más leía el texto, más iba reflexionando en cómo las observaciones del autor iban retratando mi propia experiencia. Por ejemplo: Schwab dice que el currículum es incapaz de seguir contribuyendo de manera significativa al progreso de la educación (¡y lo escribió en 1969!)… lo cual, en ocasiones, me parece totalmente cierto: ¿cuántas veces el “diseño curricular” sólo sirve para reproducir las representaciones e ideologías oficiales (de las autoridades gubernamentales y educativas) en los planes y programas de estudio?; ¿cuántas veces no coarta la creatividad del maestro, si éste no tiene la capacidad para dejar de ceñirse y plegarse ante los formatos cerrados de los programas de materia? En una segunda observación, el autor señala que el currículum ha caído en una excesiva teorización, lo cual, también es cierto en muchas situaciones curriculares: no se recuperan en los planes y programas de estudio cuestiones prácticas ni se entiende al acto educativo como algo vivo y cambiante.
                A lo largo de la lectura, el autor expone las diversas “huidas” e “ineptitudes” del currículum pero, a diferencia de muchos otros textos críticos (o criticones), en este se presenta una propuesta específica (el currículum práctico) y se puede percibir una postura esperanzadora: “habrá un renacimiento del campo” (p. 197). Esto puede materializarse en el caso del diseño de planes y programas en Educación Ambiental.